Con eso de anunciar la vuelta al cole desde principios de julio y de encontrar ropa de otoño en las tiendas desde finales de junio, es sencillo no saber muy bien en qué día andamos. Pues para aquellos que lo duden o no hayan caído en la cuenta, tengo una primicia: esta semana llega el segundo mes más bonito del año: septiembre.
Mes de reencuentros, de iniciar nuevos proyectos y coleccionables. Para alguien que ha sufrido la parálisis del mundo y de la administración durante un agosto que arrastra sus días de forma inusual, que dejó atrás sus vacaciones a mediados de julio y que se lanzaba cada fin de semana a la conquista de su metro cuadrado de playa, la llegada del nuevo mes se le antoja altamente esperanzadora.
" En septiembre mejorarán las cosas " repetía a mis amig@s como un gurú ante una visión.
Así que debía de estar preparada para cuando llegara ese momento. Operé a mi perro e hice lo que pude por arreglar mi coche.
Pensar que mi coche tiene arreglo es ser excesivamente optimista, incluso para mí. Pero ya luce zapatos nuevos y parece que la vibración finalmente está disminuyendo.
- El efecto secundario que puede tener la castración es la obesidad.
Yo miré las costillas de mi perro, que pese a mis esfuerzos sólo se le disimulan cuando le crece el pelo rizado.
- No creo que engorde mucho, es muy nervioso.- le dije a la veterinaria.
- Pero con la castración esos nervios también se le calman.
Sonreí, más incrédula que esperanzada.
" Los perros castrados pierden la energía y la motivación, por lo que pasan el día tumbados... "
Eso lo leí por Internet, esa gran enciclopedia mundial. Pero mi perro no debió de leerlo porque lejos de abandonarse a la desidia, últimamente está especialmente activo -a pesar de disfrutar de los paseos más largos de su existencia- y corre compulsivamente detrás de su último "regalito", una especie de pelota que se infla y de desinfla según la presionas o no; sube y baja las escaleras que dan a la azotea del bloque y salta hasta llegar más alto que nunca cuando intuye que va a salir a la calle. Él no entiende de efectos secundarios, pero sí nota y celebra, al igual que yo, que el verano está próximo a su fin.
Convencida de que nos encontramos a las puertas de un nuevo mundo, más hostil y despiadado que el anterior, mi optimismo a prueba de realidades no deja de ver en el mes de la vendimia una posibilidad de crecimiento y de cambio.
Suerte a tod@s!
2 comentarios:
para mi septiembre, que siempre lo asociaba con la vuelta al trabajo de las clases, comenzó en julio :S pero sí,trataré de tomarlo con ganas!!:D te deseo feliz inicio de la nueva temporada!!;)
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