Creo que el mayor acto de amor, quizás sólo igualado por la eutanasia, es cuidar a una persona cuando ésta ya no nos reconoce al mirarnos. Pocas cosas hay más duras que cuidar a un ser querido a quien nos cuesta reconocer.
Cuando ha dejado de hacer aquellas cosas que lo hacían especial.
Cuando ha perdido sus ilusiones, su fuerza y hasta sus recuerdos.
Con quien no podemos compartir nada más que nuestra compañía, porque hace tiempo que su mente dejó de estar entre nosotros.
Con quien ya no conversamos, porque no recuerda cómo se habla; a quien hay que dar de comer, porque ha olvidado cómo se cogen los cibiertos.
No, no he perdido la confianza en el género humano. Al contrario, más bien es un sentimiento, una certeza, que se renueva en mí cada día.
Dedicado a todas las cuidadoras -y a los pocos cuidadores- del mundo.
Se me cuidan.
3 comentarios:
A ell@s..
No me reconoces,
ni sabes mi nombre..
pero te estremeces, cuando te toco../Malena
Les recordaste, mi niña.., y eso te alaba.., pq muchas veces, son
"invisibles" para la sociedad,
pero no, para quienes les cuidan..
Espero q algún día esta situación
cambie..
Momentos Dulces, y un "pedacito de luna".., para q lo guardes,
y se cumplan tus deseos..
Muchas gracias, Malena :)
Me has hecho recordar a mi querida MJ.
Besos, guapa.
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