Un día normal

Quiero dedicar esta entrada a alguien que, a pesar de encontrarse en una edad fantástica, no lleva bien eso de cumplir años. Hoy le toca.

¿No podemos hacer como si mañana -hoy ya- fuera un día normal?.

Claro que podemos. Pero no funcionará.

Hay dos tipos de personas que jamás podrán obviar esa fecha en el calendario: los que la adoramos y los que la aborrecen. Bueno, hay otro tercer grupo: los que tienen gente con buena memoria o con buenos almanaques a su alrededor.

Y en realidad da igual el grupo al que pertenezcas, porque aún en el hipotético caso de que consigas apartar esa idea de tu mente durante todo el día, cosa que dudo, no faltará algún desalmado que te llame o te envíe un sms para aguarte el logro. No hablemos ya de los despiadados que cuelgan felicitaciones en internet.

Siendo realistas yo preferiría unirme al enemigo. Además me suele gustar celebrar el hecho de que estoy viva, que de momento para mí es algo único e irrepetible, y cualquier excusa me parece buena.

Pero respeto las opciones y preferencias individuales, así que haré lo que pueda por ignorarlo. Sólo te regalaré esta entrada y esta canción. La dedicatoria que se vé en el vídeo no es mía, pero queda feo quitarla. También la chiquilla tiene derecho a que se vea la dedicatoria que le han hecho.

Se me cuidan.