miércoles, 7 de octubre de 2009

A los 35 te empieza a entrar la prisa...

Eso me comentaba una amiga esta tarde, refiriéndose a la edad y a que cuándo te quieres dar cuenta te has plantado en los 40, los 50 o los que caigan. Y según ella a los 35 te empiezas a plantear si has conseguido o no lo que querías, si has hecho aquello que querías hacer mientras tu juventud te lo permite y sobre todo, si has disfrutado por el camino.


Se supone que si alguna o varias respuestas son negativas, te entra la prisa por hacer lo que te falta, no vaya a ser que ya no te dé tiempo.




Supongo que mi amiga se refiere a la clásica crisis de los 40, que ya algunos comienzan a anticiparla desde los 35.


En un alarde de originalidad hice una cuenta rápida. Resultado: me quedan 4 años para hacer las cosas con más calma, o para hacer el capullo, o para tirarlos por la ventana, antes de que me entre el agobio por lo que quise haber hecho y no hice, o por lo que pude disfrutar y no disfruté porque estaba ocupada con otras cosas. No está mal.


Acto seguido mi mente hizo un repaso rápido de aquellas cosas que yo quería hacer y de cómo me gustaría hacerlas. Recordé la lista que escribí en el blog no hace mucho donde anoté las más importantes. Sonreí al pensar que había hecho ya alguna de ellas y sobre todo por las que estaban en proceso.


Por último recordé todos los proyectos que tengo aparcados porque el día a día y la inercia impone sus reglas y pensé que no tenía tiempo que perder. La vida se nos vá en un soplo y después de poco sirve lamentarse. A veces viene bien que alguien nos recuerde que no siempre estaremos aquí para contarlo.



Se me cuidan.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Las prisas no son buenas,ayudan poco.
La vida no es un viaje organizado donde recorres 8 ciudades en 9 dias y te hacen creer que las conoces todas,la vida es simplemente un paseo,y cada uno tiene un ritmo en su caminar...

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Muy buen comentario.

Mirta Peces dijo...

No sé qué decirte. Yo aún no he llegado a los treinta y ya estoy anticipando la crisis de los cuarenta ( será porq me solidarizo con F). En fin, cada vez que me planteo si estoy haciendo lo que siempre - o casi siempre- he querido hacer, me agobio, así que me limito sólo a mirar atrás, mirar donde estoy, hacia donde me dirijo y descubrir que, increible, pero cierto, todo tiene sentido y sigue una lógica, me guste más o menos.
Try it, basta que te pongas a leer un post sobre qué estabas haciendo un día como hoy el año pasado, el anterior..verás.

Anónimo dijo...

Las prisas no son buenas porque te pueden llevar a cometer errores y quizás lo peor: a no disfrutar del paseo.

Pero las prisas son una consecuencia de una mala gestión anterior, surgen como un mecanismo de corrección, que no siempre corrige, de la misma forma que ante un peligro potencial que vemos en la carretera damos un volantazo o un frenazo.

La reflexión que yo proponía no se refería al volantazo que damos en el último momento, sino a ese obstáculo que comienza a divisarse al final del horizonte y que aún estamos a tiempo de esquivar sin causar daños colaterales.

Yo suelo planteármelo con cada cumpleaños Mirta, porque a veces me despisto y me viene bien engrasar la brújula.

Venga, vamos a proar eso de leer el post efemérides.

Besos

Perugorría dijo...

Gracias por incluirme dentro de tus blogs favoritos, creía que me habías olvidado después del prólogo que te hice y del que nunca me diste tu opinión. Algún día me gustaría escucharla. Cuídate tú también. Saludos.

Uno que vive a volantazos.

Anónimo dijo...

Claro que no te olvidé! Es cierto que tenemos una conversación pendiente. Esa publicación es uno de mis proyectos aparcados que quiero retomar.

Estamos en contacto.

Recuerdos a Don Álvaro.

Amnistía Internacional