Hará un par de semanas aproximadamente, al poner la radio en el coche escuché cómo los comentaristas de uno de mis programas favoritos hablaban de "la última medida de Chavez". A sabiendas de que ese señor no suele establecer medidas convencionales, agucé el oido.
El locutor en cuestión, que creo que no era otro que Boris Izaguirre -que como locutor de radio no tiene precio- explicaba a sus compañeros el "Plan Revolucionario de Lectura", cuyo supuesto objetivo era fomentar la lectura y luchar contra el analfabetismo en su país.
" Vaya, a ver qué se le ha ocurrido ahora ", me dije, con la esperanza de que esta vez se tratara de una buena medida. Pero la ilusión me duró poco.
- (...) Habrá un listado de libros de recomendada lectura, entre los que se encuentran por supuesto los elaborados por su propio partido y todos los discursos de Chavez.
Escalofríos me entraron al oír aquello. Me recordó tristemente a los aleccionamientos del régimen totalitarista de Mao y a la Revolución Cultural china.
- (...) Todo lo que esté fuera de ese listado tendrá que ser sometido a examen antes de poder ser publicado por las editoriales, en previsión de que fueran textos "antirrevolucionarios". También será prohibida la edición de todo el material que, proveniendo de autores no venezolanos, traten la misma temática que autores nativos hayan editado ya.
Ahí lo llevas. Me temí lo peor.
Y lo peor ha empezado ya. El otro día otra noticia me dejó en en sitio: habían retenido a Mario Vargas Llosa en el aeropuerto de Caracas, entre otras cosas (como el registro exhaustivo de su equipaje), para "recomendarle" cortesmente que se abstuviera de hacer declaraciones políticas en Venezuela. Es el momento de aclarar que el escritor acudía allí para participar en un foro sobre libertad y democracia.
Si la libertad de expresión es el termómetro por el que se puede medir el nivel de democracia y de respeto a los derechos humanos de un país, estamos asistiendo a uno de los más grandes atropellos que se puede cometer contra una nación y sus ciudadanos.
Termino mi pequeña protesta con las palabras que el gran escritor le dirigió a uno de los guardias, cuándo éste le advirtió que "no tenía derecho a hacer declaraciones políticas" en Venezuela:
- " Estando en la tierra de Bolívar, el libertador de América del Sur, nadie podría ponerle cortapisas al libre pensamiento".
Se me cuidan.
6 comentarios:
sí que es fuerte que en el siglo XXI sigan ocurriendo cosas así, y que haya un estúpido con un chaleco rojo que determine qué se puede leer y qué no..esto es la pescadilla q se muerde la cola..por qué nadie de allí dice nada??
Marta nadie dicenada porque no pueden...les han lavado el cerebro para que estén de su lado...y a los que están en contra los encierran... CJ
qué va, hay gente q está en contra de chavez..estudiantes y tal..q se movilicen, digo yo!!
Bueno, no es tan sencillo como eso. Chavez ha plantado cara a EEUU y eso gusta. Ha levantado bastente la economía del país y se supone que está del lado de los pobres.
Además allí la gente tiene cortadas las alas. Están demasiado controlados.
Lo que me indigna a mí es que no se diga nada desde fuera, donde supuestamente hay más libertad. Que la ONU se quede de brazos cruzados sí me parece escandalizador.
Eres la Maruja Torres de la blogosfera.
Besos, cariño.
Uy! Qué más quisiera...
Besos
Publicar un comentario