jueves, 5 de marzo de 2009

La maté porque era mía







El otro día, escuchando las noticias en la radio -mis extraños horarios muchas veces me impiden ver los telediarios como la gente decente-, entre escándalos de corrupción, la búsqueda del cadaver de esta chiquilla que no termina de aparecer y la omnipresente crisis económica, de pronto escuché algo que me heló el corazón.
En ese momento me di cuenta de que aún queda algo de sensibilidad en mi hipersaturado y sobreinformado ser. El mismo que es capaz de comer mientras observa las imágenes de los últimos atentados o bombardeos en Gaza o de pelearse con Hugo mientras en la TV suena de fondo el último asesinato cometido en algún lugar de España.
La noticia en cuestión decía así:
"Muere otra mujer asesinada a manos de su marido...



Creo que empezó a sobrecogerme cuando escuché:
"(...) tras tirarla del coche en marcha y atropellarla varias veces...
¿Tirarla del coche en marcha? ¿Y pasarle varias veces por encima?. Yo iba conduciendo y creo que encogiéndome cada vez más en mi asiento, mientras miraba hacia el bixo, que tenía la cara igual de desencajada que yo, mientras una mezcla de incredulidad y repulsión me recorría.
- Eso no es producto de una discusión acalorada,- razonaba yo, en un intento de entender lo inexplicable.- No la ha tirado del coche en un momento de furia incontenible: la ha tirado del coche, y le ha pasado por encima! ...
(...) varias veces...
La noticia seguía:
"Los hechos sucedieron cuando ambos volvían del médico..."
Y yo miraba al bixo, sin entender, sin comprender cómo alguien puede hacer eso a la persona con la que compartía su vida, a la persona a la que, al menos en algún momento, había amado. ¿Cómo puede degradarse tanto un sentimiento?. ¿Qué hay en la mente de algunos hombres -porque desgraciadamente estos hechos los protagonizan casi exclusivamente los hombres- para que se crean en el derecho de poner una mano encima a la persona que está a su lado?.
"(...) Al parecer la asociación xxxxxxxxxxxx tenía conocimiento de que la mujer sufría malos tratos, aunque nunca llegó a denunciar al marido porque, según decía, le daba pena".
Pena... la que él no tuvo para cargársela.
Según iban ampliando la noticia iba sintiendo cada vez más compasión hacia la mujer y más rabia hacia el marido.
"(...) Aunque la pareja estaba separada, la mujer había ido a acompañar a su ex-marido al médico, pues estaba pendiente de una operación de cataratas..."
¡Encima!
Dieron algunos detalles más, como que el hombre le llevaba no sé cuántos años a la mujer, y debía ser un anciano a su lado. Bueno, eso último lo pensé yo, no lo dijeron. Pero es que ya la imaginación se me voló.


Es cierto que por desgracia noticias similares las hay cada semana, casi, pero no sé por qué, a mí se me quedó grabada ésta y no otra. Y debía de andar su impacto aún dándome vueltas la otra noche, en Madrid, mientras veíamos "Carmen", la interpretación de danza de Sara Baras.
Imagino que conocereis la obra. Yo conozco la ópera desde pequeña, cuando mi madre ponía el cd, que imagino sería uno de los primeros cds que entró en mi casa, y me traducía la letra de una de las canciones más bonitas y famosas que contiene:

"El amor es cual pájaro rebelde al que nadie es capaz de domar

Nuestros ruegos a nada van a parar, si lo que a él se le antoja es rehusar.

Amenazas y súplicas nada valdrán.

Aquel hombre persuade; éste otro se calla.

Y es a éste, al que nada dice, al que quiero y mi corazón prefiere: el amor, el amor...

El amor es como un niño gitano que jamás supo de nada que sea la ley

¿Que tú no me amas? ¡Yo sí te amo!
Y si yo te amo... ¡Mejor será que del amor te guardes!

El pájaro que prender hubiste creído batió sus alas y se alejó de ti...

Aunque distante quede tu amor, puedes esperar su regreso

¡Cuando menos lo esperas, a tu lado estará!

Y en torno tuyo, raudo y veloz, volará
Ahora bien, y ahora se va... para retornar

Te figuras tenerlo, pero te esquiva;
crees zafarte y él es tu dueño"

...

"El amor es como un pájaro", cuenta la canción, que representa la forma de ver la vida de la protagonista, que ama el amor, pero libre.

En la ópera de Bizet, al igual que en la versión de Sara Baras, Carmen muere a manos de uno de sus amantes, que despechado y atormentado por los celos prefirió verla muerta a verla libre.

Como decía el filósofo, "nada de lo humano me es ajeno". No voy a pretender que no conozco la ira o que nunca me han abrasado los celos. Mentiría si afirmara que no he experimentado la sensación de posesión sobre mi pareja. Pero por más que lo intento no soy capaz de imaginar cómo cualquiera de esas emociones puede llevar a alguien a matar al propio objeto de su amor, por muy intenso, profundo o desgarrador que ésta sea.



¿Acaso es eso amor: "te quiero tanto que no puedo soportar verte con otra persona y te mato"?.
¿Acaso amar a otra persona nos da derecho a recriminarle, a reñirle, a inultarle, a pegarle?.
¿Se puede seguir amando a una persona a la que hemos perdido el respeto?.

Se me cuidan.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

La mente del ser humano es muy compleja y muy poderosa.
Somos capaces de conseguir cosas porque antes las hemos deseado, soñado o imaginado...
Ningún ser humano es perfecto, todos tenemos algún toque dao, algunos han aprendido a controlar y otros no...es un arrebato incontrolado de ese sentimiento el que lo domina y le conduce a cometer esos actos, pero es esos momentos la persona no es persona, está fuera de sí (como cuando tratas con alguien drogado, es alguien drogado, no esa persona tal cual...) y alguien fuera de sí es capaz de casi todo...

Y que conste que no defiendo a ninguno de los maltratadores y asesinos que han quitado la vida a alguien o lo han intentado...Si existe un Ser supremo recibirán lo que merecen.

Cada vez me da más miedo este mundo... CJ

dijo...

qué fuerte que exista gente tan ruín.
saludos.

Mirta Peces dijo...

Si te soy sincera, no he leído el post.Daña mi sensibilidad. No es que cierre los ojos ante cosas que realmente pasan, pero me hace sufrir y pensar que nunca terminas de conocer a una persona, no? me da miedo.
nena,al final cuando terminamos de hacer las cosas que teníamos que hacer, tiré pa' casa. Estaba muerta, me he pateao toda la ciudad a pie (q hay que mantener la línea jaja)..Has ido al edificio Telefónica???es maravilloso, de hecho yo el comment k te escribí fue desde allí jaja

Mirta Peces dijo...

Contestando un poco a lo de CJ, entiendo que siempre tiene que existir un abogado del diablo, sé que no defiendes a este tipo de gente..pero antes de que un drogadicto fuese un drogadicto, era normal como tú y como yo. El problema es lo que pasa en sus vidas que hace clic y se convierten en desconocidos para todo el mundo.
Entiendo que alguien tenga mucha ira dentro, o mucho amor que se transforme en celos, que se transforme en posesión que se transforme en un maltratador..lo que diferencia a esas personas de nosotr@s es el autocontrol. Yo tb soy muy celosa, pero me controlo y cuando veo que empiezo a tener un comportamiento extraño, me paro, reflexiono, me alejo y después sigo.
El arrebato incontrolado del q hablas, se puede controlar.

Anónimo dijo...

Me gusta esa reflexión Marta. Y conectando con la de CJ:
¿Creeis que es el autocontrol lo único que diferencia a un maltratador de una persona que no maltrata?. Creo que hace falta algo más para cometer ese tipo de delitos. Creo que es necesario tener la convicción de que el otro es inferior. No sé cómo lo vereis ustedes. Yo entiendo que la falta de autocontrol puede hacer que "se te escape" un guantazo, un empujón. Pero pasar tres veces con el coche por encima de alguien es algo que casi requiere premeditación.
Ahí coincido con Lo (hola!), es tremendamente ruín.
CJ... el próximo post lo escribo sobre algo bonito.

Anónimo dijo...

http://www.20minutos.es/noticia/82442/0/denuncias/danos/calle/

Mirta Peces dijo...

Sí, por favor, sobre algo bonito!!jaja
No, no creo q sea sólo el autocontrol..efectivamente tiene que haber más cosas: una enorme dosis de arrogancia, por ej., un poquito de machismo, egoismo, estupidez...

Anónimo dijo...

http://hofmann.webalia.com/hoffmann/

Anónimo dijo...

Lo prometo :)

Anónimo dijo...

A ver, introspectiva.

Te habla la voz de la experiencia. Y, en este caso, no me gustaría poder hablar desde la experiencia.

Cada persona tiene una visión sesgada de la realidad. La realidad no existe, existe cada una de las versiones de ésta (principio de incertidumbre, heisemberg). Como si cada persona tuviera unas gafas de un color distinto. Y lo peor, cada persona piensa que sus gafas son las que le permiten ver la realidad, y los demás tienen las gafas equivocadas.

Esto lo decía porque, para entender el maltrato, no se debe partir de que son personas que no saben contenerse, o que son personas que se creen superiores al otro.

Es más complejo. Son personas en cuya visión del mundo encaja ese comportamiento. Posiblemente lo han aprendido.

Hay gente que ha aprendido que cuando alguien grita, se le responde de igual manera. Hay gente que aprende que, ante un problema, lo mejor es ignorarlo. Se puede aprender todo. Y se aprende continuamente, aunque no haya una intención de los demás (los padres, la sociedad) de enseñar.

Anónimo dijo...

Por una vez, y sin que sirva de precedente, estoy de acuerdo contigo, Lupe. Hay mucho de aprendizaje en casi todo en esta vida.

Besos wapa!

Fdo.- la introspectiva.com :P

Amnistía Internacional