sábado, 31 de diciembre de 2011

Vidas anteriores


Quizás en una antigua vida fui un delfín. Eso explicaría mi debilidad por el medio acuático y por los peces en general. Y mi predilección por el juego. Claro que estaríamos dando por supuesto que los delfines son una especie menos evolucionada que la nuestra y eso me parece dar por supuesto demasiadas cosas.

Elefante tengo claro que nunca fui. Me hubiera quedado algo de su prodigiosa memoria, ¿no?.

Quizás fui tortuga. Una sabia, lenta y antigua tortuga, como la de la historia interminable. A lo mejor esa mala costumbre de replegarme dentro de mi misma ante la menor señal de peligro es un resto que me queda de aquella antigua vida. Claro que eso también es típico de las avestruces... pero no creo que la misma alma que habitara un cuerpo de casi tres metros de altura se adaptara bien a vivir en mis 161 centímetros.

Fui una tortuga, lo veo claro.


Y mi perro no sé lo que fue antes de toparse conmigo y con sus cuatro patas peludas, pero intuyo que es la primera vez que se enfrenta al reto de llevar una vida de perro. Porque lo de seguir el rastro de algo, regular. Debió de ser algún animal de granja, acostumbrado a comer pienso o cosas peores, porque nunca opuso resistencia a alimentarse a base de bolas secas. Claro que después de probar el queso, ya no las toma con la misma ilusión.

Fuere el animal que fuese, hace poco comprendimos algo: estuvo enamorado. Y fue correspondido. Ahora, tras casi 4 años de vida perruna y sólo Dios sabe cuántas otras vidas más, ha encontrado a su amante. O mejor, su amante lo ha encontrado a él.

Su amante ahora lleva una vida gatuna, que no sé si será mejor o peor que la perruna, habrá que preguntárselo a las almas que hayan pasado por ambas experiencias. Yo como vengo directamente de los anfibios, digo los reptiles (gracias Baston), lo desconozco.

La gata que en otra vida fue amante de Hugo, vamos a suponer que es hembra, que ya tiene Hugo bastante con ser perro, para encima tener que enfrentarse también a la homofobia, lleva unos días merodeando por el barrio.

La gata, una precioso ejemplar de Chartreux gris que aún no ha alcanzado su tamaño adulto, tiene el rabo cortado y se acerca sigilosamente a Hugo cuando lo saco a pasear por las noches. Puede perseguirnos a lo largo de varias calles, hasta que reparamos en su presencia. Entonces comienza un espectáculo digno de verse y desde luego de estar entre los vídeos de Youtube más vistos.


Hugo tira de la correa para acercarse a la gata. Yo dejo que se aleje de mi lo que da de sí la correa, oponiendo la resistencia suficiente como para no ser arrastrada por el asfalto tras el ímpetu de mi perro. Es entonces cuando ella se acerca. No huye, no eleva el lomo ni se le eriza el pelo, sólo se acerca sin ningún rastro de temor hasta unir su hocico con el de Hugo. Se huelen durante un rato, como reconociéndose. Creo que Hugo suelta algún que otro lametón. Yo observo la escena embobada. Afortunadamente ya no tengo que tirar de la correa, la gata está lo bastante cerca como para que los tres podamos estar relajados. Entonces frota su lomo contra Hugo, él sigue oliéndola, a veces trata de echarse encima de ella, ella retrocede un poco, él mueve compulsivamente sus patas delanteras, como hace siempre que quiere algo o alguien, y ella vuelve a acercarse, comenzando de nuevo el ritual.

Como una pareja de enamorados que inicia tímidamente su reencuentro tras una eternidad buscándose.

Hay preguntas que para ser respondidas requieren que nos salgamos de las fronteras de esta vida. Es en otras vidas, anteriores o por venir, cuando su respuesta, al igual que el sentido de nuestra propia existencia, parece manifestarse con nitidez.

Que maravilla poder echar las culpas de nuestras limitaciones a los restos de una vida anterior, qué grande la esperanza de renacer de nuevo, de encontrar la paz o incluso el paraíso, tras toda una vida de lucha.

Qué difícil encontrar todas las respuestas en una única vida. Qué reto encontrar el paraíso entre el cielo y el suelo.

Desde esta pequeña ventana os deseo lo mejor para este año que empieza a asomar la cabeza.

Feliz Año Nuevo!

2 comentarios:

baston dijo...

feliz año nuevo para ti tambien!!:) me ha gustado mucho leer tu entrada,y más me gustaría asistir al espectaculo d ever a un perro flirteando con una gata (o viceversa) xD por cierto tras decir que posiblemente tu vida anterior fuese como tortuga y luego decir que vienes de los anfibios me has matado jaja pero se te perdona (las tortugas son reptiles!!:P)

La_Esperada dijo...

Jajaja pues estaba convencida de que era un anfibio. Lo de provenir de los reptiles mola casi menos,jajaja. De todas formas lo cambio.

Pd.- feliz año!

Amnistía Internacional