sábado, 23 de julio de 2011

La fuerza del destino


Anoche no éramos capaces, entre dos, de poner en pie la siguiente leyenda. La memoria tiene sus fallos. Menos mal que tenemos al Sr. Google, que hoy nos permite publicarla íntegra:

" Vivía en Bagdad un comerciante llamado Zaguir. Hombre culto y juicioso, tenía un joven sirviente, Ahmed, a quien apreciaba mucho. Un día, mientras Ahmed paseaba por el mercado de tenderete en tenderete, se encontró con la Muerte que le miraba con una mueca extraña. Asustado, echó a correr y no se detuvo hasta llegar a casa.

Una vez allí le contó a su señor lo ocurrido y le pidió un caballo diciendo que se iría a Samarra, donde tenía unos parientes, para de ese modo escapar de la Muerte. Zaguir no tuvo inconveniente en prestarle el caballo más veloz de su cuadra, y se despidió diciéndole que si forzaba un poco la montura podría llegar a Samarra esa misma noche. Cuando Ahmed se hubo marchado, Zaguir se dirigió al mercado y al poco rato encontró a la muerte paseando por los bazares.

- ¿Por qué has asustado a mi sirviente? – preguntó a la Muerte.
- Tarde o temprano te lo vas a llevar, déjalo tranquilo mientras tanto.

- No era mi intención asustarlo -se excusó ella – pero no pude ocultar la sorpresa que me causó verlo aquí, pues esta noche tengo una cita con él en Samarra. "


2 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

Conocía la historia.
Hiela la sangre.

Besos.

La_Esperada dijo...

¿ A que sí ?

Besos!

Amnistía Internacional