viernes, 28 de mayo de 2010

Libertades y Esclavitudes




Lleida, primera ciudad española que prohíbe el velo integral en instalaciones municipales


Lleida acaba de sumarse a la polémica desatada en otros países, donde se ha empezado a prohibir el uso del velo integral musulmán en determinados lugares, en pos de la democracia y la defensa de los derechos de la mujer.
Sin embargo, no sé por qué, a mí no me entran ganas de celebrar ese tipo de "logros".

No voy a negar que más allá de una manifestación cultural, el velo musulmán, especialmente el integral, constituye un instrumento más de sometimiento de la mujer hacia el hombre. Por eso defenderé el derecho de toda mujer a no llevarlo, si es así su deseo, y perseguiré y exigiré que la ley, al menos en nuestro país, persiga a todos los hombres que obliguen a sus mujeres o a las mujeres de su comunidad a llevarlo.

Pero qué sucede cuándo una mujer desea, por propia voluntad, llevar el velo. ¿Por qué prohibirle que así lo haga, yendo en contra de sus deseos y de su cultura?. ¿Por qué nuestra prohibición occidental es mejor que la obligación musulmana?. ¿Qué es lo que distingue a una cultura como favorecedora de los derechos humanos, sino la promoción de la libertad individual de sus ciudadanos?.

El velo es una muestra de sometimiento al hombre, cierto. El hombre puede ir a cara descubierta, pero la mujer debe ocultarla. Es otra muestra más de una cultura machista e injusta.

Pero por lo visto los zapatos de tacón de aguja no son una muestra del sometimiento de la mujer al hombre. Ni la depilación. Ni el maquillaje. Además son detalles que no requieren ningún tipo de sacrificio, ni económico, ni de tiempo y por supuesto son absolutamente indoloros.

Una mujer que vista zapatos planos, no se maquille y sobre todo no se depile no sufre ningún tipo de discriminación en nuestro país. No se considera menos mujer, menos femenina o directamente bollera. Para nada.

Por eso podríamos imaginarnos a una mujer occidental, defensora de los derechos humanos y de las libertades, asumiendo orgullosa y contenta una nueva ley en un país extranjero:

"Queda prohibida cualquier tipo de manifestación de sometimiento de la mujer hacia el hombre. No se permitirá que las mujeres se maquillen en Igualdalandia, donde la democracia se practica sin trucos. Tampoco se permitirá que las mujeres se depilen ninguna parte de su cuerpo, por belluda que sea, ya que el cuerpo de la mujer es algo sagrado y como tal debe ser respetado. A partir de hoy dejarán de comercializarse los zapatos con tacón, pues cada mujer debe sentirse orgullosa de su altura y no tiene por qué someter a su cuerpo a semejante alteración ergonómica ni a los riesgos de un potencial accidente".

Si bien un porcentaje de la población inmigrante femenina de Igualdalandia aplaudiría la medida, seguramente la mayor parte de ella se horrorizaría, al igual que sus maridos y demás congéneres, al verse obligada a vestir en contra de sus costumbres culturales y, lo que es aún peor, en contra de sus propios deseos.

En occidente, como lo que impera no es la libertad sino un señor que se llama Libre Mercado, se está consiguiendo la igualdad no liberando a la mujer, sino sometiendo al hombre a la misma esclavitud.

La moda, al igual que la publicidad, es un reflejo de la cultura. Y ésta, en última instancia, es un reflejo de la mentalidad. Pretender cambiar la mentalidad de un pueblo coartando y limitando su libertad individual, diciéndole cómo debe o no vestir nunca ha sido hacer democracia.

Forzar a una persona a ir en contra de sus designios culturales no es hacerla más libre, es someterla a un nuevo yugo.


Se me cuidan.


5 comentarios:

Unknown dijo...

Por tu bien y el de tu pc, agenciate también un antivirus!!

Unknown dijo...

Planteas una cuestión muy interesante, a la vez que muy conflictiva. Este tema da para tanto...

Condeno la sumisión de la mujer al hombre, manifestada de cualquier modo, lugar, momento, país, etc. bien a través del velo o bien caminando detrás del hombre, como ciudadanas de segunda categoría.

Apoyo a toda mujer que lleve el velo de forma total y absolutamente voluntaria, al igual que yo puedo llevar lo que desee de forma libre y voluntaria, pero es cierto que hay "normas" que se deben cumplir.

(Entiéndase normas, como costumbre, cultura, etc. o incluso legislación...)

No se fuma en lugares públicos. Estás en un centro comercial y no se puede fumar. Punto. Si quieres fumar, a la calle.

Mis padres estuvieron en Tierra Santa y en el muro de las lamentaciones, por ejemplo, mi madre tuvo que estar en el lado femenino y mi padre en el masculino, ya que hombres y mujeres se separan y pasan por diferentes puertas, con detector de metales (desgraciadamente).

Otro ejemplo es que mi madre tuvo que prestar unos pañuelos a otro turista que llevaba pantalón corto y necesitaba cubrir sus piernas para poder acceder a la sinagoga.

Creo que esto era una muestra de respeto a la cultura y a las costumbres de aquel país,una adaptación ¿por qué no han de adaptarse personas de otros países a nuestras costumbres?

Por supuesto, respetando derechos fundamentales de las personas, que para eso los tenemos.

Ferchuline dijo...

Siempre es a la mujer a la que se la somete, durante la historia hemos sido blanco de infinidad de sometimientos y en muchos aspectos lo seguimos siendo..hasta cuando?? cuando se le dara a la mujer el trato igualitario que se merece, hasta cuando deberemos esperar para lograr esa equidad pretendida y merecida?

Besos, super interesante tu post!

Malena dijo...

Cinco minutos para dejarte muchos besitos, regalarte una :), y desearte muchos momentos dulces..

Muy buen post, amiga mía, porque la libertad es un derecho individual, y el respeto un deber colectivo..

Si se consiguen aunar los dos, quizás cambiarían muchas cosas..

Te quiere,

Male.

La_Esperada dijo...

A CJ:

Jajaja no sé yo, eh?
Los problemas empezaron cuando instalé un antivirus.

Igualmente injusta me parece la obligación de cubrirse ciertas partes del cuerpo para entrar en determinadas iglesias, sobre todo porque suele dirigirse casi exclusivamente hacia la mujer.

A Ferluchine:

No creo que la consigamos del todo nunca, siempre quedaran vestigios, aunque sean sutiles, de miles de años de sometimiento.

A Malena:

Me gusta tu frase Malena, y verte de nuevo por aquí más.

Besos a tod@s!

Amnistía Internacional