1 de Enero de 2010

Madonna, reina del pop y diva donde las haya, nos confiesa en una de sus letras:

"Sólo aquel que te daña puede hacer que te sientas mejor, sólo aquel que causa dolor puede hacerlo desaparecer". Así lo cuenta su voz en off en la canción E R O T I C A. Aunque en el contexto de la canción esas afirmaciones tienen una connotación claramente sexual, es casi inevitable hacer una lectura más amplia del mensaje.

Luz Casal canta en una de sus más bonitas canciones:

"Cuánto más bella es la vida, más feroces sus zarpazos,

cuántos más frutos consigo, más cerca estoy de perder,

(...) porque sé que si te marchas besaré el suelo otra vez"

En distintos estilos las dos artistas nos están hablando de lo mismo: el dolor y el placer, la felicidad y el sufrimiento son las dos caras inseparables de la misma moneda. No puedes aspirar al éxito sin haber tenido tu buena ración de fracaso, y por supuesto sin riesgo no es posible ganar.

Tengo una amiga que ha dejado de creer en las relaciones porque la idea de otra decepción amorosa le parece intolerable. Conozco personas que viven entre los bastidores porque aún no han reunido el valor para dar el paso a la acción. Y sé de algunas que cansadas de luchar contra su destino han tirado la toalla y se limitan a dejarse llevar por la corriente.

Yo he pasado años entre bastidores. A pesar de mi resistencia a rendirme he perdido casi todas las batallas que he emprendido, y tengo la certeza de que si perdiera las que en estos momentos estoy librando dejaría de creer en lo que creo, de ser optimista y de perseguir mis sueños. Seguramente cambiaría mis esperanzas por alguna ilusión de esas que son fáciles de adquirir en un todo a cien y me volvería más cínica y escéptica, más realista.

Quizás eso suceda tarde o temprano. Tal vez entonces me habré convertido en una mujer madura y sensata que tiene los pies en la tierra y las emociones bien planchadas, dobladas y guardadas en su cajón correspondiente. Pero todavía no ha llegado ese momento. Estrenando nuevo año sigo arriesgándome a soñar, a esperar algo más que crisis del 2010 y a perderme nuevamente en su mirada.

Se me cuidan.