viernes, 29 de enero de 2010

Encuentros


Tras dos meses de lluvias y nublados persistentes, hoy ha salido el sol. Quizás haya salido también algún que otro día, pero hasta hoy no nos hemos cruzado. He estado tan metida últimamente en el trabajo que no he reparado en otra cosa que no fuera las tareas pendientes y las que iba gestionando. Hoy sin embargo me lo he encontrado de frente, de hecho casi nos chocamos, y tras la sorpresa inicial me ha convencido para irnos a tomar una cerveza juntos. La verdad es que nunca se me dio muy bien decirle que no, más cuándo me mira con esos ojos llenos de calidez.


Luego ya no había quién me separara de él. Hasta que no tuve más remedio que dejarlo para entrar a trabajar de nuevo. Pero nuestro encuentro ha servido para recordarme por qué me levanto temprano todos los días. A veces se me olvida. Ayer, sin ir más lejos, era incapaz de recordarlo.

Candela ha publicado en su blog un poema, a mi juicio bastante bonito, sobre lo que se siente al amar a alguien a quién no se conoce. Es bonito amar a una persona que no nos ha decepcionado todavía. Que nunca nos ha fallado. De la que tenemos más incógnitas que certezas. Cuyos miedos, sueños y anhelos podemos fantasear o ignorar. Yo también he amado así y es bonito y emocionante porque contiene la magia de los regalos que están por abrir, o los regalos que has desenvuelto sólo por una parte y empiezas a tocarlos imaginando lo que serán o lo que no, descartando e imaginando las distintas posibilidades o dejando la mente en blanco hasta que su verdad se imponga.

Y también he amado a la misma persona noche tras noche. Y también es bonito. Es bonito encontrarte con su mirada y saber que esa persona sabe lo que estás pensando, o verla sonreir y saber qué es lo que le ha arrancado esa sonrisa. Es bonito darte cuenta de que conoce tus lados más oscuros y a pesar de ello te quiere. Quizás no tenga el poder de lo desconocido. Lejos de ser un regalo nuevo, es posible que tenga ya alguna esquina rota o el color gastado por el uso. Pero contiene la fuerza de los recuerdos y la cercanía de lo íntimo, como ese viejo objeto de nuestro abuelo que seguimos conservando, esa foto que miramos cada noche o el lugar al que nos gusta volver cuándo necesitamos pensar.



Me gusta conversar con el sol y me gusta que tras las nubes, sea tu mano la que encuentre.

Se me cuidan.

3 comentarios:

Malena dijo...

TE CUENTO Q... ¡SIMPLEMENTE BELLO,
MUY BELLO POST!!!!

EMOCIONES_COMPARTIDAS, AMIGA!

Q DISFRUTES DEL FÍN_DE, BAJO LA LUZ DEL SOL, Y CON LA CARICIA
DE ESA MANO Q HABITA
DETRÁS DE LAS NUBES!!!!

ABRAZO_INMENSO!

MALENA

Mirta Peces dijo...

se me ha puesto la piel de gallina con este post, Esperada. Enhorabuena.
Te veo

La_Esperada dijo...

:) Gracias :)

Besos.

Amnistía Internacional