jueves, 15 de noviembre de 2007

Quiero que me perdonen

¿Alguien conoce la sensación de tener justamente lo que se desea?. ¿La súbita conciencia de que la felicidad es exactamente eso: lo que en ese momento se está viviendo, se está sintiendo, que no hay nada más, nada que pudiera hacer de ese instante algo más perfecto?. A mi a veces me ocurre. No es un estado en el que pueda quedarme mucho tiempo. Más bien son instantes, retazos. Los recuerdo desde que tengo uso de razón. Estoy haciendo algo, normalmente acompañada, puede ser casi cualquier cosa, lo único que se repite es la sensación de estar pasándolo bien; o quizás sólo de estar a gusto. Y de repente, esa sensación se amplifica, mi mente se abstrae de la situación, toma cierta perspectiva, como si quisiera asegurarse de algo, y al cabo de unos instantes vuelve a mí para confirmarme: "Sí, Sara, esto es la felicidad". Por unos segundos, quizás minutos, puedo saborear ese exquisito placer. Mientras intento prolongarlo, un tímido temor, el único posible en ese momento, aparece: es el miedo a perder lo que se tiene. Entonces es cuando me digo el discurso tan ensayado del Carpe Diem, vive el presente y toda esa filosofía, tan sabia y tan difícil a veces de llevar a la práctica. Tarde o temprano la magia desaparece. A veces deja una huella que tarda días en borrarse, a veces al recordarla parece un débil espejismo, desvanecido al contacto con la cruda realidad.

Ultimamente parece que esos episodios fugaces se están repitiendo con cierta frecuencia. Soy tremendamente supersticiosa y mientras escribo estas lineas temo que antes incluso de acabar de hacerlo se ciña sobre mi un maleficio. Por fardar, por hablar más de la cuenta, por ilusionarme, por... hay tantos motivos para echar una bonita historia abajo... y tantas veces que la historia se cae sin motivo. Tal vez antes de guardar la entrada el ordenador estalle en mil pedazos, bueno, vale, algo más realista... tal vez en una de estas subidas y bajadas de tensión el ordenador se quede pincha'o y ya ni pa' arriba ni pa' bajo. O pete porque ya el disco duro, después de advertirme tantas veces que se estaba quedando sin espacio libre, termine por tomarse la jubilación anticipada. Pero mientras esto y mil pequeñas y grandes desgracias ocurren, quiero compartir este momento.

" Vivo en un país libre, cual solamente puede ser libre en esta tierra, en este instante.
Y soy feliz, porque soy gigante.
Amo a una mujer clara, que amo y me ama sin pedir nada, o casi nada,
que no es lo mismo pero es igual.
(...) Soy feliz, soy un hombre feliz, y quiero que me perdonen, por este día,
los muertos de mi felicidad" (Silvio Rodríguez)

8 comentarios:

Anónimo dijo...

sí..yo tb tengo esa sensación..y tb tengo miedo de perder a quien quiero, y es horrible, porque no se puede vivir cn temor.
la felicidad es un conjunto de instantes..es triste saber que nadie puede ser eternamente feliz..consiste todo en cambio de perspectiva para poder sentir el gusto de las cosas, incluso de las cosas q no nos gustan...
yo, particularmente en este momento, lo único que deseo es q me dejen ser yo misma..no pido más.
y ya es díficil.
marta
ps.bienvenida

Anónimo dijo...

Sí que cuesta sí, el ser una misma digo. Pero cuesta más por nosotras que por los demás. Una vez que sabes quién eres, cómo, qué quieres... y te decides a luchar por conseguirlo y mantenerlo, lo demás es sencillo. Tal y como lo veo yo, al menos, no se trata de pedir permiso, sino de decidirse a dar el paso y avanzar.

Anónimo dijo...

Pd.- Gracias :)

Anónimo dijo...

Hola esperada. Supongo que la felicidad es un estado de ánimo como otro cualquiera. Muy poca gente es feliz siempre de la misma manera que nadie es triste siempre ( a parte de los problemas de depresión que no tienen CABIDA EN ESTE ASUNTO CONCRETO). Yo actualmente me encuentro en un momento dulce de mi vida en el que hago una vida estumpenda viviendo con mi pareja; bueno el caso es que me siemto feliz a pesar de que mi ordenador me amenaza con dárseme de baja por estrés en cada momento.
Saludos, espero que me visites en http://lacasadelasobsesiones.blogspot.com

Anónimo dijo...

Hey! Qué ilusión... Don Álvaro!
Bienvenido a mi humilde morada online. Llevo dos noches acordándome mucho de tí. Me he leído tu libro, he flipado. Te lo comento en tu página, como Dios manda.
Besos

Perugorría dijo...

Muchas gracias. Qué ilu

Mirta Peces dijo...

me vine a vivir a sevilla!
mmm
jaja
rio por no llorar..
de momento me kedo un mes
besos

Anónimo dijo...

Hey Marta!
Te vienes a Sevilla? En Navidades, eso es una buena época para volver a casa, no? Como el turrón... pq estás triste?
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